
Article de Vanille Couton, rédactrice chez notre partenaire Courrier d’Europe.
Mientras casi todos los gobiernos europeos salvo el Reino Unido y los Países Bajos imponen el confinamiento de la población para detener la propagación del coronavirus, el planeta aprovecha de un descanso bien merecido.
El caso chino
Tras haber registrado más de 80.000 contagiados y 3.000 muertes en su territorio desde diciembre, China, ha registrado un fuerte retroceso de la epidemia en las ultimas semanas pero también de la contaminación. Se volvieron virales las imágenes satelitales publicadas en febrero por la NASA y la Agencia Espacial Europea. Las imágenes de Wuhan y otras ciudades chinas muestran una disminución drástica en las emisiones de dióxido de nitrógeno (las emitidas por vehículos, plantas de energía e incluso instalaciones industriales). La nube visible de gas tóxico del mayor contaminador del mundo que se suele ver sobre las centrales industriales, casi ha desaparecido.
China aporta el 30% de las emisiones de CO2 del mundo anualmente, y aunque el gobierno de Xi Jing Ping impulsó medidas para intentar reducir la contaminación, es la primera vez que el aire chino es tan respirable. El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) estima que la reducción es equivalente a 200 millones de toneladas de dióxido de carbono, más de la mitad de la producción anual de emisiones del Reino Unido. La cifra más relevante es la registrada entre el 3 de febrero y el 1 de marzo : las emisiones de CO2 disminuyeron al menos un 25% debido a las medidas para contener el coronavirus, según una organización de investigación de contaminación del aire (CREA). El confinamiento de la población resultó ser beneficiario para el planeta con el cierre de los principales sectores industriales, la reducción del tráfico y el menor consumo de carbón, petróleo y acero.
El caso europeo
Al no ser la única a enfrentarse a la epidemia, China tampoco es la única en conocer el placer de respirar mejor. La cuarentena impuesta en Italia por el coronavirus también está ayudando al medioambiente. Entre el 1 de enero y el 11 de marzo las imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea muestran una disminución muy importante de la contaminación atmosférica. El cierre del país y sobre todo del norte de Italia tuvo un impacto enorme en las emisiones de CO2. En España el balance es igual : en Madrid la contaminación por dióxido de nitrógeno disminuyó en un 35%, con la recomendación a la población de permanecer en casa ante el coronavirus.
Son más de 10.000 españoles (según el Instituto de Salud Carlos III) los que mueren cada año por la contaminación atmosférica y por eso en 2019, la Unión Europea denunció a España ante el Tribunal de Justicia de la UE « por no proteger a sus ciudadanos contra la mala calidad del aire » motivada por « el incumplimiento reiterado de los límites legales de dióxido de nitrógeno (NO2) en las zonas urbanas de Madrid, Barcelona y Vallès-Baix Llobregat ». La comunidad política impone limites en términos de contaminación, los niveles registrados en esas tres zonas urbanas superan los límites que establece la normativa de la UE. Podemos imaginar que con el cierre de otros países como Francia, tanto el planeta como nuestros pulmones podrían descansar aún más.
Sin embargo, lo que preocupa a los activistas climáticos es que una vez la crisis sanitaria termine, los gobiernos se centrarán únicamente en reiniciar su economía. Podríamos sacar provecho de este difícil momento para darnos la cuenta de lo importante que es el planeta. Tenemos que cuidarlo y dejar atrás las viejas acciones proporcionando otras nuevas para acelerar así la lucha contra el calentamiento global. Li Shuo, asesor principal de política climática de Greenpeace East Asia ya está abocando para que se implementaran reformas después de que se alejara la amenaza del coronavirus. El asesor teme “una ronda de estímulo económico que inyecte créditos baratos a las industrias pesadas en China, y como resultado de eso podríamos ver un aumento de los contaminantes y también las emisiones de carbono en la segunda mitad de este año”.
No debemos olvidar que cuidar del planeta es lo mismo que cuidar de nosotros, es tiempo de sacar lecciones del pasado con la vista puesta en el futuro.